Si tu edificio está en remodelación o construcción, coloca una lona publicitaria. Todos saldrán ga

A continuación, reflexionaremos sobre los beneficios en el uso de lonas, atendiendo las regulaciones conforme a la publicidad exterior; sus diferentes ventajas de índole económica, laboral y estéticas, que repercuten favorablemente en empresas constructoras (dedicadas a la transformación de edificios), propietarios de viviendas, compañías dedicadas a la publicidad exterior y los espacios públicos.

La estética de los andamios exteriores, con sus redes protectoras y estructuras metálicas, provocan en el paisaje urbano un efecto visual de ciudad inacabada ¿Se imaginan esos andamios cubiertos de un diseño llamativo? ¡Qué cambio y qué oportunidad! Y cuando me refiero a esa palabra, se la dirijo a los anunciantes, empresas constructoras, propietarios de edificios, así como a la ciudadanía en general.

¿Por qué no fomentar una iniciativa en la que ganemos todos?

La situación económica actual ha motivado la reinvención del sector de la construcción que apuesta por la restauración, rehabilitación y renovación en aquellos edificios que sufren con el paso del tiempo y que suelen estar ubicados en zonas estratégicas de la ciudad. Siempre con la pertinente solicitud y posterior autorización administrativa –de la que hablaremos un poco más adelante–. Es una buena manera de generar ingresos económicos que sirvan a la comunidad del inmueble, contribuyendo a reducir de una manera considerable diversos gastos.

Primer beneficio: los anunciantes consiguen ubicaciones estratégicas, muy transitadas e interesantes para colocar su publicidad exterior; ésta es una modalidad que sigue gozando de gran efectividad en campañas dirigidas al público local.

Segundo beneficio: nuestras ciudades lucirían más vivas, planeadas y creativas.

Tercer beneficio (y el más importante de todos):

Para eso, es necesario ver la otra cara de la moneda; puede haber muchas personas que no estén de acuerdo con lo anterior, por considerar que los anuncios invaden el espacio público hasta la saturación, por ello, para salvaguardar el interés general y proteger el entorno, se han aprobado normas que regulan estas prácticas.

Las leyes sobre publicidad exterior aseguran que no se autorizarán, en ningún caso, anuncios publicitarios que produzcan efectos negativos en el paisaje urbano: que comprometan la adecuada visibilidad de los ciudadanos, el tráfico, la señalización, etc. Y estamos de acuerdo en que así sea.

Los beneficios derivados de ese tipo de prácticas suelen traer consigo ingresos extras: que permiten ejecutar obras en la infraestructura, reducir el importe de las cuotas de mantenimiento y contratar nuevos servicios como vigilancia o limpieza; entre muchas otras ventajas.

¡Seamos creativos y visionarios con ciudades que poseen la capacidad de sorprendernos en cada esquina!